De vulnerable a los demás...a influencia para los demás
“Dios desea que seamos mujeres realizadas, pero no lo lograremos en ninguna otra parte excepto dentro de su voluntad” (Elisabeth Elliot) Cuando levanté las manos en señal de rendición y de verdad (pero de verdad) le dije al Señor: “Haz lo que tengas que hacer”, fue cuando el progreso empezó para mí. Comencé a experimentar libertad y paz, la sensación de estar por fin en el lugar correcto, o “la posición correcta”. Me había quedado muy claro que no podía empeñarme en mi voluntad y al mismo tiempo esperar la voluntad de Dios para mi vida. Había estado por muchos años en ese lugar y no había avanzado a ningún lado. No puedo negar que a veces cotinuaba sintiendo cierta medida de inquietud. Es que no tenemos idea de cuánto control buscamos ejercer hasta que decidimos soltarlo todo en manos de Dios. Nuestra “humanidad” no está acostumbrada a ceder sus derechos. En ese momento me ayudaba recordar que Dios nos dice: “Estén quietas y conozcan que yo soy Dios…” (Salmo 46;10...