Entradas

Mostrando las entradas de octubre, 2022

De cargada...a ligera

“El temor aparece cuando imaginamos que todo depende de nosotros” (Elisabeth Elliot) Hay porciones de la Biblia que empezaron a enseñarme algo en un momento de la vida, pero no las comprendí en su mayor amplitud hasta un buen tiempo después. Cuando las circunstancias que vives se vuelven muy intensas, tu visión se vuelve borrosa y no ves otra posibilidad de salvación más que mirar al cielo y pedir socorro, es en ese momento que aquella Palabra que conocías hace años, la entiendes a otro nivel de profundidad, se asimila en tu espíritu y produce algo. Ojalá no nos tomara tanto tiempo llegar a ese punto, pero somos más fuertes de lo que pensamos y tenemos una tendencia natural a resistirnos, a obstinarnos, a querer hacer nuestra voluntad, a querer controlar, a seguir nuestras emociones y hacerlo en nuestras propias fuerzas. Creemos estar bien, pero no es así. Solamente despertamos a nuestra realidad cuando una situación nos rompe, tritura nuestra autoconfianza y caemos derrotadas, ve...

De escucharme...a escuchar a Dios

“Te has dado cuenta de que mucho de tu infelicidad en la vida se debe al hecho de que te estás escuchando a ti mismo en lugar de hablarte a ti mismo?” (D. Martyn Lloyd-Jones) Esa fue otra gran lección del Espíritu Santo. El proceso de aprendizaje se inició hace unos años, el ponerlo en práctica sigue siendo un desafío hasta hoy. He tenido momentos de victoria, pero todavía no es terreno conquistado. Probablemente muchas de nosotras conocemos bastante de la Biblia. Conocemos promesas de Dios suficientes como para sostenernos en cualquier momento de la vida que estemos atravesando, pero muchas veces no las creemos de corazón. Y no las creemos de corazón porque no nos hablamos esas promesas. ¿Recuerdas que la Biblia dice que la fe viene por el oír y oír la palabra de Dios, (Romanos 10:17) y que debemos hablarnos unos a otros con salmos, himnos y cantos espirituales? (Efesios 5:19). Bueno, creo que eso incluye cómo nos hablamos a nosotras mismas.  Es necesario que nos hablemo...

De mis deseos...a los sueños de Dios para mí

  “El problema comienza cuando nos hacemos una idea fija de lo que nos dará felicidad y si no recibimos eso significa que Dios no nos ama” (Elisabeth Elliot) El Señor espera que sueñes cosas excelentes. Sus planes están perfectamente diseñados para ti porque Él te creó para esos planes. Efesios 2:10 dice: “porque somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotras tiempo atrás” Ahora bien, así como con nuestro carácter, el Señor también se ocupa de perfeccionar nuestros deseos. Él nos va moldeando para que cada día, cada mes, cada año que pasa nos parezcamos un poquito más a Jesús. En esa transformación nos encontramos todas. Y este proceso incluye también nuestros anhelos de mujer. “Tu deseo o sueño puede estar en armonía con la voluntad de Dios para ti, pero si tu motivación está mal o tus métodos son pecaminosos, Él va a trabajar para alinear tu corazón con sus propósitos” … “la verdad es ...

De mis escasas posibilidades...a las posibilidades en Dios

  “ … angosto el camino que lleva a la vida…” (Mateo 7:14) “… a medida que yo caminaba me estabilizó” (Salmo 40:2) “has trazado un camino ancho para mis pies…”(Salmo 18:36)     Es en el camino angosto donde el Señor nos estabiliza y ensancha nuestros pasos Mientras caminamos por fe y en sumisión al Señor, Él va haciendo los ajustes necesarios en nuestras vidas; y cuando decidimos entrar al camino angosto (Mateo 7:14), es decir, el camino de la consagración, Él traza un camino ancho para nuestros pies. ¿Cómo es eso? ¿Angosto pero ancho? Cuando escoges el camino de la voluntad de Dios (el camino estrecho), se abre delante de ti el universo de los planes y propósitos del Seños para tu vida y te encuentras en zona de seguridad y libertad (el camino ancho para tus pies). Comencé a entender esto entre mis 36 y 37 años de edad y sentía que no tenía mucho para ofrecerle al Señor, excepto un corazón rendido a Él y ganas de servirle con lo mejor de mí. Frecuentemente me daban...