De directora...a espectadora
“Dios está obrando entre ustedes...”(Filipenses 2:13 PDT)
Pasé por etapas donde sentía que mi vida estaba estancada. Me parecía que había quedado en una especie de “llamada en espera” hasta que el Señor pudiera volver su atención y retomar su agenda para mí. Él había depositado sueños excelentes, pero a mí criterio, el tiempo pasaba y no estaba ocurriendo nada relevante.
¿Te sientes así?
La pregunta que puedes hacerte es la siguiente:
«¿Qué te hace pensar que Dios no tiene un plan, solo porque las cosas no suceden según tu plan?»
Lo mejor que podemos hacer cuando ésta duda se presenta es dejar nuestras expectativas a un lado, cultivar una “serena neutralidad” y confiar en que la voluntad de Dios se está desarrollando. No intentar darle forma nosotras mismas pensando en la manera o el tiempo en que Dios hará las cosas. Es necesario que dejemos la posición de “directoras” y pasemos a ser espectadoras del proceder de Dios y de cómo va llevando a cabo sus planes. Nosotras somos vasijas de barro en manos del Alfarero, debemos permitir que Él moldee TODO en nuestras vidas, incluyendo los acontecimientos.
Cuando el Señor dice que “todo coopera para el bien de aquellas que le aman”, ese “todo” incluye las cosas pequeñas, es decir, lo que a nuestros ojos es irrelevante. Cada día, cada hora, cada minuto de tu vida en Cristo tiene propósito. Cada situación en tu rutina diaria está cooperando para tu bien. Dios dirige tus pasos, cada paso. Cada pisada que das Él la dirige y se deleita en los detalles de tu vida (Proverbios 37:23). Puedes descansar en el hecho de que tu día más rutinario no escapa a la soberanía de Dios. No hay eventos casuales, Dios tiene todo diseñado para que contribuya para tu bien y su gloria.
También es bueno recordar que la Biblia narra historias de hombres, mujeres y naciones de manera resumida. La Palabra se enfoca en los eventos más significativos y que están relacionados con el mensaje central de Dios que es “la historia de la redención de la humanidad”. Pero cada una de esas personas vivieron como tú y como yo, un día a la vez.
El Dios vivo y eterno que orquestó los acontecimientos en sus vidas, es quien obra de la misma manera en tu vida y en la mía. Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos y quiere mostrar su gloria en tu historia, como ya lo hizo antes en la vida de otras personas. Tu historia es parte de una más grande, una increíble historia de redención de la humanidad de la que tú y yo somos parte.
No leas los relatos, las profecías, los salmos, o cualquier otra porción de la Biblia como algo lejano y ajeno a ti. Recuerda que no importa cuánto tiempo haya pasado entre esos acontecimientos y el presente, lo que sí debe interesarte es Quien está por detrás de aquellos eventos y de los sucesos de tu vida hoy. Tú le perteneces al Señor tanto como Abraham, o Ruth, o Sara, o David, o María, o Juan. El que habita la eternidad (Isaías 57:15) no está sujeto al tiempo, Su Palabra es lo único que no pasa, no falla, permanece fiel y para siempre, es lo más sólido que existe y el único lugar donde puedes descansar en completa y absoluta seguridad. Tu presente y futuro están seguros en sus manos.
No se trata de cómo te sientes, se trata de lo que sabes, lo que conoces de tu Dios y cómo Él se conduce con los que ama. Todas las promesas siguen siendo válidas para el pueblo adquirido por Dios, porque Jesús no sólo quitó la maldición, sino que ha establecido la bendición sobre cada una de nosotras. Recuerda que todas las promesas de Dios son sí y son amén en Cristo Jesús (2 Corintios 1:20)
En esta corta reflexión de la semana quiero dejarte con dos cosas que aprendí en esos períodos donde parecía que nada relevante ocurría en mi vida.
La primera:
- “Cuando nuestros planes son interrumpidos, los suyos no lo son. Sus planes proceden exactamente de acuerdo a lo programado, moviéndose siempre (incluyendo esos minutos, horas o años que parecen más inútiles, desperdiciados o insoportables)” Elisabeth Elliot
La segunda:
- Aferrarte a lo que sabes y no a lo que sientes. Asirte fuerte a la verdad de quien es Dios y cómo actuó fiel y amorosamente en la vida de los que nos precedieron. Recordando que ellos también vivieron sus rutinas, con fe y esperanza, siendo espectadores del obrar del Señor en sus historias.
Puedes estar tranquila y ser feliz mi hermana, porque, aunque no puedas ver, Él sigue obrando…
El Señor te bendiga
Amen!! Me encanto,!!! 👍👏🙏🙌🥰❤
ResponderBorrarQue bendición. Gracias Señor!
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