De fuentes secundarias...a la Fuente Principal

 “Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre” (Salmo 16:11)

Necesitamos amistades sanas y buen consejo, pero la voz que tenemos que desear escuchar primero debe ser la voz del Señor, y los brazos donde debemos buscar refugio, antes que nada, deben ser sus brazos.

Algo que empecé a aprender y experimentar durante mi soltería adulta fue a depender de Jesús para todo.

No pretendo decir con esto que no necesitemos del abrazo de una amiga o las palabras sabias de una hermana en ciertos momentos, sabemos que Dios puede hablarnos y confortarnos a través de las personas y es necesario rodearnos de buenas amistades; sin embargo, creo que somos muy propensas a beber de fuentes secundarias antes de ir al manantial de agua viva disponible para nosotras en la persona de Jesús. 

En tiempos de dificultad creo que nos resulta más fácil tomar el teléfono y desahogarnos con alguien, en lugar de hablar con Dios. ¿Por qué? Me hice esa pregunta. Y no sé si coincidimos en la respuesta, pero en mi caso pude detectar dos motivos principales: el primero: comodidad, era más sencillo recurrir a alguien que ya había hecho el trabajo por mí y que me presente la verdad estudiada, meditada y me proporcione un poco de oxígeno espiritual para seguir adelante; el segundo: falta de fe, en el fondo había cierta incredulidad de que el Señor pudiera, por ejemplo, estar interesado en rescatarme de algún momento de ansiedad por querer tener una pareja o del temor a quedarme sola. Me parecía más lógico conversarlo con una amiga, tal vez, con un café de por medio.

Pero había un problema, muchas veces eso causaba un alivio momentáneo, pero más tarde en la noche o unos días después, volvía a luchar con las mismas emociones. Además, las personas no podían estar disponibles siempre para mí, o, a veces, no proporcionaban el consejo más sabio, y eso terminaba por confundirme en lugar de edificarme.

Entonces el Señor fue permitiendo situaciones que me llevaron a comprender que debía depender de Él como la primera y más excelente opción para recibir consejo, equilibrar emociones y saciar mi alma.

Mi hermana y amiga, la vida cristiana no es una religión de domingo, o el mérito de leer la Biblia en un año, o el tiempo devocional obligatorio de cada día; todo eso es bueno, pero en esencia, la vida cristiana es una experiencia real con Cristo todos los días

“Creer no es algo que hagas solamente con tu mente, creer es algo que haces con tu vida” (Paul Tripp)

El mayor tesoro que tienes en esta tierra como hija de Dios es su presencia, es estar consciente de su proximidad y aprender a gustar de ella y de recurrir a ella. En verdad no hay nada que se pueda comparar al regalo del Espíritu Santo involucrado en cada detalle de tu vida. En las tareas cotidianas, en los encuentros con amigas, en los momentos en familia, mientras trabajas, cuando arreglas tu cama, cuando cocinas, en alguna celebración, en tus horas de ejercicio, al estar acostada, al levantarte, mientras te lavas los dientes, o conduces tu auto, etc. tienes la compañía íntima de la mente más vasta, inteligente y sabía que existe. Tienes a disposición el corazón más bondadoso, tierno, justo y amoroso que existe. El abrazo puro y sanador de los brazos más fuertes. Es una fuente inagotable de todo lo que tu alma anhela. No hay nada fuera del Señor que tenga ese poder. Es oxígeno directo de los lugares celestiales disponible para ti de manera constante e ininterrumpida.

Te comparto lo que empecé a experimentar y que fue verdaderamente extraordinario: 

Cuando escuchaba algo que me causaba confusión y me robaba la paz, como, por ejemplo, un mal consejo sobre qué hacer para conseguir pareja, o algún comentario sobre mi edad y la disminución de mi fertilidad y por consiguiente de las posibilidades de convertirme en madre (por mencionar algunas), en el instante que podía sentir esa inquietud queriendo instalarse en mi corazón, comenzaba a elevar una oración al Señor, internamente, allí donde mi espíritu se encuentra con el suyo, y rápidamente recordaba una hermosa promesa de su palabra que se había depositado en el archivo de mi mente tiempo atrás y que disipaba toda duda y me refrescaba de manera inmediata. Toda confusión se desvanecía y se afirmaba la confianza en que Él tenía el control de mi vida y se encargaría de proveer una manera legítima de satisfacer los deseos que Él puso en mi corazón. Eso era un momento extraordinario para mí.

O cuando la ansiedad invadía mis horas de descanso en la madrugada y me pesaba la soledad, allí acostada en mi cama, en la intimidad, donde podía hablarle en voz alta, le compartía mis sentimientos, a veces con lágrimas, y poco a poco sentía mi espíritu aquietarse. A veces recurría a la Palabra en audio, y dormía cubierta al sonido de los salmos. Y despertaba esperanzada, fortalecida y llena de confianza. Eso era increíble.

El correr a los brazos del Señor como primera opción me brindó protección en momentos de tentación...seguridad en lugar de vergüenza...gozo en momentos de tristeza … fuerza en tiempos de debilidad...firmeza en momentos de confusión...paz en momentos de angustia...y así podría continuar recordando cómo fui sustentada con la bendición de su constante compañía.

Saber que hay un rincón de tu habitación, o del baño, o de tu sala, o de tu propio ser interior donde puedes tener un encuentro con tu Señor y recuperar el sentido de dirección, de prioridades y de propósito. Eso no tiene precio. Eso te vuelve inmune a tantas cosas.

Tú tienes la posibilidad de vivir una vida extraordinaria en lo ordinario de la vida. De recurrir a la fuente principal, al manantial de la vida misma, renovarte y saciarte de esperanza, confianza, seguridad, fuerza, paz, gozo y todo lo que necesitas para seguir adelante firme. 

Es tan hermoso saber que despiertas, y Él aún está contigo (Salmo 139:18) y que está esperando que acudas a Él para mostrarte su amor y su compasión. Pues Él es un Dios fiel…

...Y benditas somos las que esperamos su ayuda (Isaías 30:18 NTV)


El Señor te bendiga




Comentarios

  1. Hermosisimo! Me alegra el corazon!!!

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  2. Así es EL!! Ese es ntro Padre! Solo pude dar gracias por este testimonio tuyo Ali. 😭😭😭 de gratitud al Señor!

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    1. ¡amén! gratitud al Señor por lo que Él hace en nuestras vidas!

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