El poder del acuerdo

 “...si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra con respecto a cualquier cosa que pidan, mi Padre que está en los cielos la hará. Pues donde se reúnen dos o tres en mi nombre, yo estoy allí entre ellos” (Mateo 18: 19-20)

Algo que empezamos a practicar desde el inicio de la relación fue el orar juntos. Pudimos experimentar la gracia y el favor de Dios en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestros encuentros, viajes, y sobre muchas otras peticiones que pusimos a los pies del Señor.

El estar en un mismo Espíritu y ver la mano de Dios moverse en respuesta a un clamor que hicimos juntos, para nosotros fue una aprobación de nuestro Padre, de que estábamos por buen camino. 

El estar “de acuerdo” es una prioridad y hay poder en ello.

Sin embargo, no todas las respuestas a nuestras oraciones vinieron en el tiempo y la forma que esperábamos. Por ejemplo: habíamos pedido mucho por la presencia de Dios y el cumplimiento de su voluntad para el día de nuestra boda, y meses después empezó la pandemia, pudimos ver nuestros planes desvanecerse. Aun así puedo decirte con absoluta certeza en mi corazón que el día que el Señor eligió y permitió que se llevara a cabo nuestro casamiento fue perfecto. No cambiaría nada de lo que ocurrió. Mirando atrás puedo ver que el tiempo de separación y distancia fue un trato de amor de Dios con nosotros y sobre eso también compartiré más adelante con mayor detalle.

Disfrutamos tanto de ese día, nos sentíamos como de veinte años, emocionados, enamorados y abrazados por la presencia del Señor, tal como se lo habíamos pedido.

Hay veces que una ora y pareciera que las cosas se complican más. Mi hermana, no te alteres, sigue confiando, en verdad todo coopera para el bien de aquellas que amamos al Señor. Aunque sea un amor imperfecto como el nuestro, si lo buscas de todo corazón y deseas hacer Su voluntad, Él produce algo bueno de cada situación.

“...perseveraban unánimes en oración y ruego...”(Hechos 1:14)

La oración es vital para la subsistencia de nuestra vida espiritual y por lo mismo es de suma importancia practicarlo con la persona con quien pretendes unirte.

Escuchar cómo ora y qué pide, así como el compartir tiempo en la lectura y meditación de la Palabra juntos, da una idea de lo que hay en el corazón de la otra persona y es una manera de evidenciar si realmente tiene una relación íntima con Cristo.

Así que fue hermoso involucrar al Señor en nuestra relación desde un principio. Pudimos comprobar que Él estaba respaldando lo nuestro, corrigiendo nuestro rumbo, sacando a la luz asuntos a ser tratados y acomodando todo según sus planes y no los nuestros. Fue una excelente manera de ver que ambos estábamos en el “mismo canal”. Y produjo una unidad que iba más allá de los sentimientos. 

Recuerda que "cordón de tres dobleces no se rompe pronto" (Eclesiastés 4:12). 

Si hay alguien con quien deberás perseverar unánime en oración, será con tu compañero de vida. Por eso es bueno empezar practicando la dependencia al Espíritu Santo desde el inicio. 

Esta breve reflexión es para decirte que, cuando llegue el tiempo de Dios para ti, tengas muy presente ...el poder del acuerdo. 

¡Dios te bendiga!



 

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