¿Aún tengo oportunidad?

“Los años desperdiciados pueden ser restaurados por un milagro de amor ¿Les parece una bendición demasiado grande?…” Charles Spurgeon

¿Aún hay oportunidad para mí? Este era un pensamiento recurrente. Había perdido mucho tiempo en mis propios caminos y a veces me atormentaba la idea de “ya es demasiado tarde”. Ahora estaba en Cristo pero había malgastado mis mejores años de juventud lejos de Él.

¿Sabes una cosa?

“Sí, esos años desperdiciados por cuya causa suspiramos, nos serán restaurados. Dios puede darnos una gracia tan abundante, que, en lo que resta de nuestros días, podremos acumular un servicio que compense todos aquellos años…” (C. Spurgeon)

Me consta que es así. Puedo decirte que el Señor me ha hecho fructificar, me ha levantado y bendecido, me ha restituido de tal forma que no tengo palabras para agradecerle. Él otorga lo inmerecido. Así es nuestro Dios mi hermana, así es nuestro Padre.

Y quiero llevarte a la Palabra donde puedes encontrar el fundamento sobre el cual afirmar tus pies.

Joel 2:12-13 y 18-27 NTV

Vuélvanse a mí ahora, mientras haya tiempo; entréguenme su corazón….desgarren sus corazones. Regresen al Señor su Dios...”“Entonces el Señor se compadecerá de su pueblo y guardará celosamente el honor de su tierra. El Señor responderá: ¡Miren!, les envío grano, vino nuevo y aceite de oliva, suficiente para satisfacer sus necesidades. Ya no serán objeto de burla entre las naciones vecinas. Expulsaré a esos ejércitos que vienen del norte….¡Realmente el Señor ha hecho grandes cosas! No temas, oh tierra. Alégrate y regocíjate, porque el Señor ha hecho grandes cosas….los pastos del desierto recobrarán su verdor. Los árboles volverán a colmarse de fruto; las higueras y las vides se llenarán una vez más. ¡Alégrense, habitantes de Jerusalén! ¡Alégrense en el Señor su Dios!….volverán las lluvias de otoño, así como las de la primavera. El grano volverá a amontonarse en los campos de trillar y los lagares desbordarán de vino nuevo y aceite de oliva”

Cuando te vuelves al Señor, Él se compadece, guarda celosamente tu honor, te responde, te envía abundancia suficiente para satisfacer todas tus necesidades, jamás vuelves a ser burlada porque él expulsa a tus enemigos y hace grandes cosas contigo. Dejas de temer y pasas a alegrarte porque el Señor te colma de frutos, envía lluvia de bendiciones y rebosas de vida.

Y aquí viene la mejor parte:

El Señor dice:

Les devolveré lo que perdieron...Nunca más mi pueblo será avergonzado. Entonces sabrán que yo estoy en medio de mi pueblo...que yo soy el Señor su Dios, y que no hay otro. Nunca más mi pueblo será avergonzado” (Joel 2:25-27) NTV

La versión Reina Valera empieza diciendo… “Yo os restituiré los años…”

Así es nuestro Dios, es tal su misericordia que no solo perdona, sino que restaura y restituye, permitiendo que tus siguientes años con Jesús se potencien. No solamente queda tu pasado atrás, sino que hace tu vida presente con Cristo tan rica y abundante que compensa toda esterilidad pasada. Puedes apropiarte de estas promesas del libro de Joel porque el Señor no cambia. Él es misericordioso y compasivo. Contigo Él se muestra lento para enojarse y lleno de amor inagotable (Joel 2:13), pronto para redimirte, revestirte de virtud y bendiciones si tú lo buscas y te arrepientes.

¿Crees que ya es demasiado tarde para ti? ¿Crees que tu pasado te condena a un futuro de “supervivencia”? ¿Estás pasando por un periodo difícil y piensas que es tiempo perdido que no recuperarás? ¿Sientes que no hay esperanza?

Abraza esta promesa de Dios, es para ti. Que te sostenga y llene tu corazón:

Yo te restituiré los años que comió la oruga, el revoltón y la langosta...comerás hasta saciarte y alabarás el nombre de Jehová tu Dios, el cual hizo maravillas contigo; y nunca jamás serás avergonzada. Conocerás que en medio de ti estoy yo, y que yo soy Jehová tu Dios, y no hay otro...

Joel 2:25-27

Gracias Padre, porque tus misericordias son nuevas cada mañana, porque grande es tu fidelidad y porque abres un camino en el desierto y ríos en la soledad. Gracias porque soy tuya y en tus manos, los próximos días, meses y años de mi vida se van a potenciar porque tú eres mi Redentor y quien me restituye y hace maravillas conmigo.

Mi corazón descansa en ti, yo confío que veré tu bondad Señor en esta tierra. 

En el nombre de Jesús

Amén



Anexo la breve e imperdible reflexión de C. Spurgeon. (La chequera del Banco de la Fe)

"Y os restituiré los años que comió la oruga." Joel 2: 25.

Sí, esos años desperdiciados por cuya causa suspiramos, nos serán restaurados. Dios puede darnos una gracia tan abundante, que, en lo que resta de nuestros días, podremos acumular un servicio que compense todos aquellos años de impiedad, por los que gemimos en humilde penitencia.

Las orugas de la rebeldía, de la mundanalidad y de la tibieza, son ahora vistas por nosotros como una terrible plaga. ¡Oh, que nunca se nos hubieran acercado! El Señor, en Su misericordia, las ha eliminado de nosotros, y estamos llenos de celo por servirle. Bendito sea Su nombre porque podremos levantar tales cosechas de gracias espirituales, que harán que nuestra esterilidad anterior desaparezca. Por medio de una copiosa gracia, podremos sacar provecho de nuestra amarga experiencia y usarla para advertir a otros. Debido a nuestras deficiencias anteriores, podremos quedar más arraigados en la humildad, en la dependencia infantil y en la espiritualidad penitente. Si nos volvemos más vigilantes, celosos y tiernos, ganaremos por causa de nuestras lamentables pérdidas. Los años desperdiciados pueden ser restaurados por un milagro de amor. ¿Les parece una bendición demasiado grande? Creamos en eso y vivamos para eso y todavía podremos realizarlo, así como Pedro se volvió un hombre mucho más útil después de que su presunción fue curada por su manifiesta debilidad. Señor, ayúdanos por Tu gracia.






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