Dios responde por ti

Hay períodos de intensa soledad en la vida. Lugares en lo profundo de tu ser donde ninguna persona puede acompañarte. Tiempos en los que no hay consejo que satisfaga. Escuchas sugerencias, oyes opiniones, pero en lo íntimo sabes que no es el rumbo que debes tomar. Es cuando Dios deposita algo en tu corazón que nadie más puede entender, y ese camino lo transitas sola porque no hay compañía humana que pueda comprenderte. Son trayectos que lo haces de la mano del Espíritu Santo y nadie más. Son necesarios para aprender a depender de Él, a discernir su voz y confiar que finalmente es quien tiene la última palabra; y que esa palabra es fiel y verdadera como ninguna otra sobre tu vida.

Estando soltera una de las cosas más difíciles fue plantarme firme en lo que el Señor había puesto en mi corazón. Esperar en Él con confianza, entregarlo todo en sus manos. Si había de casarme, Él era suficiente para hacerlo posible. Ese fue un caminar bastante solitario. Era complejo que la gente entendiera que a medida que una avanzaba en años depositara su confianza solamente en el Señor en lo que respecta al área amorosa.

Puede que el Señor te haya dicho también a ti “Espera en mí”, en este u otros asuntos de la vida. Y sabes lo difícil que es sobreponerse a las voces (internas o externas) que te incitan a tomar atajos, a manipular para conseguir lo que quieres, a hacer algo que va en contra de tus convicciones para obtener resultados, a defenderte, a justificarte, o, cualquier otra voz que te diga “MUÉVETE”, cuando el Señor te dice “ESPERA EN MÍ”.

Para esos momentos de la vida llegó el Salmo 38 a mi encuentro.

Quién mejor que David que vivió este tipo de situaciones una y otra vez, para darnos la clave:


“Señor, tú sabes lo que anhelo,

oyes todos mis suspiros”


“Opté por no oír nada

y tampoco respondo.

Pues a ti te espero, oh Señor.

Tú debes responder por mí, oh Señor

mi Dios.”

(Salmo 38: 9, 14-15 NTV)


En el contexto del Salmo, David había cerrado sus oídos a las amenazas, calumnias y burlas de sus enemigos que “se le oponían porque él buscaba lo bueno” (v.20); y, había decidido no usar su boca para responder a las ofensas, porque sabía que del Señor “procede su vindicación” (Salmo 17:2).

Lo interesante es que no menciona su sentido de la vista.

Ahora bien, imagínate que vas corriendo una maratón, giras una esquina y te encuentras con la última recta final. A tu izquierda y a tu derecha hay personas que te gritan todo tipo de cosas. Algunas sugieren que dejes de correr, otras te alientan a que corras más rápido, otras que aminores el paso porque de lo contrario desmayarás, otras te provocan con la intención que desvíes tu mirada de la meta que está sólo unos metros más adelante. Tanto ruido puede confundirte. Entonces decides ponerte los auriculares y sellar tus labios a la tentación de responder a cada sugerencia, instigación o intento de distracción. Sencillamente trotas al ritmo de tu compañero el Espíritu Santo que te dice, “sigue adelante con tus ojos puestos en el Señor” (Filipenses 3:14, Hebreos 12:2).

Así es mi hermana, cuando estés pasando por esos tiempos donde la presión te dice “haz algo al respecto” y Dios te dice “espera en mí”, fija tus ojos en Él, cierra tus oídos a cualquier otra voz que no sea la Suya y no te molestes en dar explicaciones. Porque a su debido tiempo, Él responderá por ti.


Y cuando Él responda por ti:

"Los justos verán ...y se alegrarán mientras los perversos son bruscamente silenciados.

Los sabios tomarán todo muy en serio; verán en tu historia el fiel amor del Señor" (Salmo 107:43)


Señor, gracias porque conoces aún la razón por la cual suspiro, aquello que a veces ni me atrevo a poner en palabras. Hoy descanso en ti, espero en ti. Decido no oír más nada de lo que me inquieta ni tampoco responder a ello. Sencillamente espero y me refugio en ti, teniendo la seguridad de que, a su debido tiempo, Tú responderás por mí, oh mi Señor. En el nombre de Jesús. Amén.



Filipenses 3:14 "Así que sigo adelante, hacia la meta, para llevarme el premio que Dios nos llama a recibir por medio de Jesucristo" (TLA)

Hebreos 12:2 "Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor..."(TLA)


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Dios construye, no destruye

Súbete al altar y confía

La sombrilla de la gracia