Tu afirmación proviene del cielo, no de la gente

“¿Cómo pueden creer ustedes si reciben gloria los unos de los otros y no buscan la gloria que viene del Dios único?” (Juan 5:44)

Tengo que confesar que hubo un tiempo en que dependía mucho de la reafirmación de las personas. Dios me había mostrado que podía disfrutar de mi soltería como una etapa muy buena y dentro de su voluntad. Caminaba confiada sobre esa verdad sólo hasta que alguien daba una opinión contraria o hacía un comentario negativo, y eso me generaba dudas sobre lo que el Señor me había enseñado.

Creo que culturalmente (y sobre todo en Latinoamérica) la soltería es vista como algo malo, o, en el mejor de los casos, como una vida de segunda categoría. Pero en la Biblia, si bien el matrimonio es la norma y una bendición (cuando la unión es en Cristo), la soltería es llamada un “don”, o regalo de parte del Señor y por lo tanto también es una bendición. Pablo dice en 1 Corintios 7:7:

“Sin embargo, quisiera que todos fueran solteros, igual que yo; pero cada uno tiene su don específico de Dios, unos de una clase y otros de otra” (NTV). Otra versión dice “...cada uno tiene su propio don de Dios. Todos somos diferentes” (PDT).

Tenía que empezar a creerle a Dios por encima de la opinión de la gente. Y tomé esa decisión.

Dejé de esperar la reafirmación o aprobación de la gente sobre lo que el Señor me había enseñado a través de su Palabra y en mi caminar con Él. Empecé a confiar que si Él estaba permitiendo una soltería prolongada en mi vida era porque tenía propósito con eso (Salmo 138:8), que todo iba a cooperar para mi bien (Romanos 8:28), que sus planes eran para mi bienestar y no para mi mal para darme un futuro y una esperanza (Jeremías 29:11), que Él es bueno y cada etapa de mi vida están bajo su soberano control y por lo tanto podía estar segura que nada se le había escapado de las manos al Señor, Él sabía lo que estaba haciendo al mantenerme soltera por más tiempo del que yo esperaba.

Tomé la determinación de no esperar afirmación a mi alrededor, porque, a decir verdad, me resultaba muy difícil encontrar alguien que tuviera la misma óptica. De hecho, en una ocasión una persona me dijo «Yo no puedo ver la soltería como tú ves, no la puedo ver como algo bueno, porque por algo Dios dijo … “no es bueno que el hombre esté solo”.»

Sí, pero la misma Biblia también dice “¿Estás ligado a mujer (u hombre)? No procures soltarte. ¿Estás libre de mujer (u hombre)? No procures casarte” (1 Corintios 7:27). El contexto en que Pablo escribió era un tiempo difícil para la iglesia y el apóstol insta a que el foco no sea el matrimonio sino Cristo. Creo que el contexto actual es el mismo, vivimos tiempos muy complejos y nuestro enfoque debe seguir siendo Cristo y no el hecho de conseguir un marido. Además, la misma Biblia tiene a un Juan el Bautista, a un Jeremías, a Ana (viuda la mayor parte de su vida, Lucas 2:36-38), al mismo Pablo y otros que sirvieron al Señor siendo solteros. ¿Consideras que ellos no fueron bendecidos por Dios? ¿Piensas que vivieron sin propósito e infelices? Más bien se puede ver que fueron vidas fructíferas, con propósitos cumplidos y realización personal en su más alto grado. ¿Vidas fáciles? ¡No! Pero dime, ¿crees que a los casados les resultó más fácil? Te garantizo que la vida no es fácil para nadie.

Pero volviendo al tema, lo que quiero decirte es que el estar esperando afirmación, aprobación, o gloria de las personas es como dudar de Dios. El esperar honra de otras personas te drena la fe. Porque la fe camina con confianza en lo que Dios te ha dicho, sin importar si los demás lo reafirman o no. Al necesitar escuchar la aprobación de otro ser humano para confiar en lo que Dios ya me ha dicho, estoy dando más credibilidad a esa persona que a mi Señor.

No digo con esto que recibir apoyo y aprobación sea malo. De hecho es bueno cuando alguien confirma una palabra que Dios te ha dado. Pero cuando le damos más importancia a la opinión de los hombres que la de Dios, es cuando tropezamos.

Jesús les dijo a los religiosos de aquel tiempo: “¡Cómo van a creerme, si les gusta que sea la gente la que hable bien de ustedes y no el Dios único! (TLA)

“¡Con razón les cuesta creer! Pues a ustedes les encanta honrarse unos a otros, pero no les importa la honra que proviene del único que es Dios. (NTV)”

Me di cuenta de que cuando más me costaba creer era cuando mi corazón buscaba honra y aprobación de las personas. Porque cuando me enfocaba en Dios y en su Palabra podía ver mi soltería con muchísimo propósito y con esperanza.

Y como dicen, “la vida se entiende mirando para atrás”. Hace varios meses vengo compartiendo las cosas vividas con Dios en mi etapa de soltera. Hoy puedo ver que Él dijo la verdad. Mi prolongada soltería no fue algo malo, fue algo maravillosamente bueno, y no solo para mí, sino para otras personas que hoy pueden beneficiarse de lo que el Señor hizo conmigo en ese tiempo. Y es exactamente lo que Él quiere hacer contigo. Él quiere que tú seas la que abra camino para alguien más. Él desea que tu vida dé frutos sin importar tu estado civil, tu edad, tu pasado o aún la prueba por la que estés pasando.

No me voy a cansar de decirlo, no hay etapas estériles con el Señor.

Así que no le otorgues tanto peso a la honra humana, concéntrate en honrar al Señor con tu vida. Y verás que tu fe crece y se fortalece, no te costará creer que Él tiene un plan.

También hubo algunas personas que, con sus palabras de aliento confirmaron la voz de Dios.

El Señor siempre se encarga de enviar algún mensajero con oxígeno espiritual en el momento justo.

Espero ser esa persona para ti hoy.


¡Dios te bendiga!

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