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Mostrando las entradas de mayo, 2023

¿Dónde tienes puesta tu mirada?

 “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti a confiado” (Isaías 26:3) Me he dado cuenta de que cada vez que el desánimo, la ansiedad, la frustración, el miedo o la desesperanza me envuelven, es porque desvié mi mirada del Señor y la coloqué en las circunstancias. Pienso que una vida de paz y estabilidad se logra tan solamente con depositar nuestra atención en Jesús. Parece tan sencillo, casi absurdo, pero es verdad. Cuando pases tu situación por el filtro de la fe, es decir, por el filtro de la confianza en Dios, aquello pierde su poder de intimidación y puedes tener paz. “Me siento sola” Inmediatamente se desencadenan sentimientos de autocompasión, temor y tristeza. Enfoque: Jesús está conmigo hasta el fin del mundo (Mateo 28:20), Él es mi pastor y con su vara y cayado me infunde aliento (Salmo 23:4), ninguna cosa creada me puede separar del amor de Dios que es en Cristo (Romanos 8:39). Jamás estoy sola, esa es la verdad. Él me guiar...

"PERO DIOS..."

  “El Señor le dijo a Moisés: «Envía hombres a explorar la tierra de Canaán, la tierra que les daré a los israelitas. Envía un jefe de cada una de las doce tribus…» Moisés envío a los hombres a explorar la tierra y les dio las siguientes instrucciones...«Fíjense cómo es la tierra y averigüen si sus habitantes son fuertes o débiles, pocos o muchos. Observen cómo es la tierra en que habitan ¿Es buena o mala? ¿Viven en ciudades amuralladas o sin protección, a campo abierto? El terreno, ¿es fértil o estéril? ¿Abundan los árboles?» Después de explorar la tierra durante cuarenta días, los hombres regresaron… Este fue el informe que dieron a Moisés: « ...en verdad es un país sobreabundante, una tierra donde fluye la leche y la miel...Sin embargo , el pueblo que la habita es poderoso y sus ciudades son grandes y fortificadas ¡Hasta vimos gigantes allí…!» «_¡No podemos ir contra ellos! ¡Son más fuertes que nosotros...Al lado de ellos nos sentíamos como saltamontes y así nos miraban...

Late fuerte corazón

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Estaba leyendo mis anotaciones buscando que el Señor me dirigiera hacia lo que debía compartir esta semana. Lo que encontré, fue una sorpresa. Hace algunos años, durante un tiempo de oración, entre otras cosas, le pedía a Dios por un esposo. Le entregaba al Señor no solamente el deseo de tener un compañero sino los motivos que impulsaban ese anhelo.  Escribí lo siguiente: «Motivos por los cuales quiero un esposo (un siervo de Cristo): ser su ayuda, su compañera de oración y de ministerio; cuidarlo, alentarlo, escucharlo, estudiar juntos Tu Palabra, sumergirnos en las Escrituras juntos. Que él sea mi compañero de batalla, mi cobertura. Que podamos tener momentos de intimidad juntos con Cristo, a corazón abierto, una sola carne con nuestro Señor en medio nuestro, en oración, en adoración» Me emocioné al ver esto porque no recordaba haberlo escrito, y no sé por qué razón a lo largo de estos meses no había visto esta anotación. Supongo que alguien necesita leer acerca de esto justo...

Regresando a la superficie

¿Te ha sucedido de quedar atrapada en una secuencia de pensamientos negativos? Empiezan a embestir como olas, una idea atrás de otra pasan sobre ti y no te dan tiempo a respirar, empiezas a sentir que te ahogas. Hace un momento caminabas sobre las aguas, pero de pronto meditaste en tus circunstancias y comenzaste a hundirte.  No sabes cómo se inició. No recuerdas qué originó esta espiral descendente. Cuando te diste cuenta tus emociones ya están afectadas, algo te drenó la esperanza y tu día se vuelve gris. “estoy siendo ingenua”, “no va a pasar”, “es imposible”, “no pasa nada”, “no cambia nada”, “no puedo más”… “¿Por qué estoy desanimada? ¿Por qué está tan triste mi corazón?... Oigo el tumulto de los embravecidos mares, mientras me arrasan tus olas y las crecientes mareas” (Salmo 42:5,7 NTV) “Oh Señor, ¿hasta cuándo te olvidarás de mí? ¿Será para siempre? ¿Hasta cuándo mirarás hacia otro lado? ¿Hasta cuándo tendré que luchar con angustia en mi alma, con tristeza en mi cor...