Regresando a la superficie

¿Te ha sucedido de quedar atrapada en una secuencia de pensamientos negativos?

Empiezan a embestir como olas, una idea atrás de otra pasan sobre ti y no te dan tiempo a respirar, empiezas a sentir que te ahogas.

Hace un momento caminabas sobre las aguas, pero de pronto meditaste en tus circunstancias y comenzaste a hundirte. 

No sabes cómo se inició. No recuerdas qué originó esta espiral descendente. Cuando te diste cuenta tus emociones ya están afectadas, algo te drenó la esperanza y tu día se vuelve gris.

“estoy siendo ingenua”, “no va a pasar”, “es imposible”, “no pasa nada”, “no cambia nada”, “no puedo más”…

“¿Por qué estoy desanimada?
¿Por qué está tan triste mi corazón?...
Oigo el tumulto de los embravecidos mares,
mientras me arrasan tus olas y las crecientes mareas” (Salmo 42:5,7 NTV)

“Oh Señor, ¿hasta cuándo te olvidarás de mí?
¿Será para siempre?
¿Hasta cuándo mirarás hacia otro lado?
¿Hasta cuándo tendré que luchar con angustia
en mi alma, con tristeza en mi corazón día tras día?…” (Salmo 13:1,2 NTV)

Ese debate entre el desánimo y la fe no es nuevo. Si lees con atención ambos Salmos puedes percibir casi un diálogo interno de alguien luchando y recordándose a sí mismo el carácter de su Dios y depositando intencional y deliberadamente su confianza en Él, aunque sus sentimientos no lo acompañen.
¿Y nosotras qué hacemos?
Muchas veces caemos en el error de buscar una distracción para acallar nuestra mente. Una buena serie, una salida con amigas, una ida al shopping,  planear un viaje, hacer ejercicios, etc. ¿Hay algo malo en esas actividades?, claro que no. Pero nada de eso podrá substituir un tiempo en Su presencia.

Una mujer de fe y amiga muy querida me dijo, recuerda Ali que "nuestro descanso es una Persona, nuestro descanso es Cristo".
¡Ese es el punto!

"Vuélvete hacia mí y contéstame, ¡oh Señor mi Dios! Devuélvele el brillo a mis ojos, o moriré.
... yo confío en tu amor inagotable; me alegraré porque me has rescatado. Cantaré al Señor porque él es bueno conmigo"
(Salmos 13:3,5-6 NTV)

"Como el ciervo anhela las corrientes de las aguas, así te anhelo a ti, oh Dios. Tengo sed de Dios, del Dios viviente...
...Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios"
(Salmos 42:1‭-‬2‭, ‬5 NTV)

Lo que el Señor te dé en esos momentos que pases con Él, permanecerá contigo.
Cuando recurres a Dios empieza la espiral ascendente. Su Palabra desactiva cada pensamiento negativo y Su amor te envuelve, te sana, te rescata y te devuelve a la superficie. Puedes respirar nuevamente, otra vez hay esperanza y entiendes que TODO es posible para aquellas que creemos.

No sé por lo que estés pasando hoy pero esta Palabra es para ti:

"Ciertamente olvidarás tus pesares o los recordarás como el agua que pasó. Tu vida será más radiante que el sol de mediodía y la oscuridad será como el amanecer. Vivirás tranquila, porque hay esperanza; estarás protegida y dormirás confiada."
(Job 11:16‭-‬18 NVI)

Cree esta promesa, abrázala y deja que te lleve de nuevo a la superficie, respira,  oxigena tu espíritu y alégrate porque lo que hoy te perturba,  mañana lo recordarás como agua que pasó.
Te lo dice el Señor y Él cumple.

¡Dios te bendiga!

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Dios construye, no destruye

Súbete al altar y confía

La sombrilla de la gracia