Una vida fuera de lo común

"...en una casa grande...hay utensilios de oro y de plata...son para usos honrosos" (2 Timoteo 2:20)

Hoy quiero compartir contigo algo muy personal. Tal vez te sientas identificada, tal vez no. Pero es lo que creo que el Señor puso en mi corazón para este viernes. 
En el pasado, algo que yo hubiera querido evitar era tener una vida fuera de lo común,  distinta a la de las demás mujeres.
Me asustaba la idea de no casarme o de estar soltera por un tiempo prolongado. Como compartí hace un tiempo, esto se debía al temor del "qué dirán" o temor al hombre (como la Biblia lo llama); pero, también me desagradaba la idea de "ser diferente", de que mi existencia tomara un curso distinto al de la mayoría. Quería "la norma". 
No imaginé que el Señor podría tener otros planes.  Pero sí los tenía y sigue escribiendo en mi vida de manera "distinta" a la que yo esperaría. Así que he aprendido cada día más, a descansar en Su soberanía. 
Alguien que me está leyendo necesita recordar conmigo, lo que sigue.
Todo nos impulsa a creer que debemos encajar en un modelo de "éxito " personal que se mide por tener familia, profesión,  ministerio, buena apariencia, experiencias emocionantes, prosperidad económica, amistades, seguidores,  etc. A veces me pregunto si no compramos el modelo del mundo y lo "cristianisamos" (por llamarlo de  alguna manera).
Nada de lo anterior es malo, por supuesto. Pero a veces pienso que estamos más preocupadas en que nuestras vidas se ajusten a eso que "se espera", en lugar de rendirnos al Señor y decirle: "mi Dios, si mi vida diferente, así como está, aparentemente incompleta para los estándares de la mayoría puede darte gloria, aquí estoy Señor; me rindo en verdad de manera incondicional a que me tomes así tal cual soy, con lo que tengo y me muestres cómo puedo servir, amar y testificar de una vida plena desde el lugar donde me encuentro, porque si te tengo a  ti, lo tengo todo" 
¿Sabes por qué esto es tan importante? Porque hay una enorme cantidad de mujeres que tampoco se encuentran en "la norma" y no tienen a Cristo y necesitan ver en nosotras una satisfacción que esté depositada en algo más grande que nosotras mismas o que cualquier cosa que este mundo, esta vida terrenal pueda ofrecer.
De eso se trata nuestra existencia al final. De darle gloria  desde ya. No "cuando tal o cual cosa suceda..."
El otro día estuve aprendiendo sobre la vida de Gladys Aylward y Amy Carmichael. ¿Has oído acerca de ellas?
Sus vidas tomaron un curso muy distinto a la norma. La primera fue misionera en China y la segunda en la India.
Por favor, dedica tiempo a buscar material acerca de ellas. Cuando veas su devoción a Cristo y su Reino, en verdad hasta  puedes  sentirte avergonzada de lo que te saca la paz, pero al mismo tiempo puede ser un gran aliento si estás pasando por un tiempo difícil. 
Generalmente cuando oímos acerca de historias como esas pensamos: "la vida de esta mujer realmente fue extraordinaria,  mis respetos, pero yo no tengo un llamado para ir a China o India...no me veo ni remotamente haciendo lo que ellas hicieron"
Bueno, creo que el punto no es vivir la misma experiencia que estas hermanas en la fe hayan vivido sino tomar como ejemplo el corazón que tenían para con el Señor, ellas estaban rendidas de verdad a Cristo, no esperando que Él hiciera lo que ellas quisieran sino todo lo contrario,  su entrega era completa, sin esperar nada a cambio, sin condiciones, por amor a Jesús. 
Mi oración es que así sea nuestro corazón también. Que desde el lugar donde nos encontremos no temamos ser la excepción a la regla, no nos avergoncemos porque justamente eso puede ser la plataforma que Dios use en este momento de nuestras vidas para obrar en y a través de nosotras.  
Seamos un instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuestas para toda buena obra (2 Timoteo 2:21)...
"Los utensilios costosos se usan en ocasiones especiales" (2 Timoteo 2:20 NTV) 
Tú eres un vaso para honra
Tú eres especial 
Nunca lo olvides

¡Dios te bendiga!





Comentarios

Entradas más populares de este blog

Dios construye, no destruye

Súbete al altar y confía

La sombrilla de la gracia