Situaciones que intimidan

 ¿Alguna vez te sentiste intimidada por alguna situación? Por ejemplo: cuando tienes que enfrentar un grupo de personas que sabes estuvieron hablando de ti a tus espaldas, o que te avergonzaron en el pasado, un jefe que está molesto, un mal entendido con tu líder o pastor, otra boda a la cual asistir sin pareja, otro gran reencuentro familiar donde sabes que se viene el interrogatorio: “¿y no estás saliendo con alguien? ¿no hay nadie que te guste? etc”. O situaciones más graves como una enfermedad, o el día previo a la cita con un médico cuyo diagnóstico temes. Situaciones tan diversas y con diferentes grados de intensidad, pero que producen lo mismo: el temor a enfrentarlas. Quisiéramos evitarlas, pero como esa no es una opción, solemos responder de dos maneras:

1.- las afrontamos con un escudo de orgullo. Buscamos entre nuestros recursos (intelectuales, físicos, influencias, u otros) material para insuflar nuestro ego lo suficiente de tal manera a no sentirnos superadas por el desafío de hacer frente a lo que tememos.

2.- las afrontamos con un manto de derrota. Nos sentimos amedrentadas, pequeñas, inseguras. Cedemos al temor. Somos víctimas de la situación.

¿Sabes? Ninguna de esas opciones resulta. Solo nos llevan a un punto de desgaste y agotamiento, porque en ambos casos estamos volviendo nuestra mirada a nosotras mismas o a lo que nos rodea, es decir, a fuentes limitadas e insuficientes para hacer frente a la vida y sus desafíos.

“No es por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor …” (Zacarías 4:6)

Sí, la única fuente de agua viva es Cristo. No hay otra fuente de la cual podamos beber la seguridad, firmeza, humildad, mansedumbre, templanza, aplomo, paz, que necesitamos cuando una situación nos intimida en mayor o menor grado.

Solo en Cristo nuestro corazón será resguardado del resentimiento, el temor, la ansiedad, o cualquier otra emoción negativa que quiera tomar el control en ese momento.

Entonces, no vayas a las “cisternas rotas que no pueden retener el agua” (Jeremías 2:13), ve a la fuente de agua viva. No busques en tus recursos emocionales o materiales, busca al Señor sobre tus rodillas. Él te dará de sus recursos inagotables, de Su identidad, de Sus estrategias divinas, y convertirá la situación que enfrentas en un constructor de tu carácter y un testimonio para los demás. Cada detalle cooperará para tu bien y sabrás que hay propósitos eternos desarrollándose.

“No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová” (Jeremías 1:8)

«Siempre que el miedo se apodera de nosotros y nos hace vacilar, estamos en peligro de caer en pecado. Le presunción ha de ser temida pero también hemos de temer la cobardía. Atrévete a ser un Daniel. Nuestro grandioso Capitán ha de ser servido por valientes soldados.

Qué motivo es este para que tengamos valentía. Dios está con aquellos que están con Él. Dios nunca estará lejos cuando llegue la hora de la lucha. ¿Te está amenazando alguien? ¿Quién eres tu para que tengas miedo de un ser humano que habrá de morir? ¿Perderás tu condición? Tu Dios a quien sirves encontrará pan y agua para sus siervos. ¿Acaso no puedes confiar en Él? ¿Te cubre alguien de ridículo? ¿Romperá esto tus huesos o tu corazón? Sopórtalo por Cristo e incluso regocíjate por ello. Dios está con los sinceros, los justos y los santos, para librarlos; y Él te librará. Recuerda cómo salió Daniel del foso de los leones, y cómo salieron los tres jóvenes santos del horno. Tu caso no es tan desesperado como el de ellos; pero si lo fuese, el Señor te apoyará en todo momento y te hará más que un vencedor. Tenle miedo a tener miedo. Tenle temor a tener temor. Tu peor enemigo está en tu propio pecho. Cae de rodillas y clama pidiendo ayuda y luego levántate diciendo: “Me aseguraré y no temeré” » (La chequera del banco de la fe de C. Spurgeon)


¡Dios te bendiga!


https://www.predicas.org/es/Tu-peor-enemigo-est%C3%A1-en-tu-propio-pecho/131248

Comentarios

  1. Maravilloso!! Cuanta verdad mi querida Alicia! Es solo en La Palabra de Dios donde encontramos verdad, fuerza y valentía para enfrentar ntras debilidades, dudas e inseguridades. Y Ella nos da certeza de QUIEN verdaderamente somos! Pues somos sus hijas muy amadas y que ntra identidad está en EL; no en aquello que los demás dicen que somos. Cuánto amamos La Palabra de Dios!!!!! Gracias Ali por recordarnos esto!!!!!!!

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