Una sola cosa que vale la pena
Hace unos días escuchaba el evangelio de Lucas capítulo 10. En los versículos 38 al 42 se relata la visita de Jesús a la casa de Marta y María. ¿Lo recuerdan? Marta estaba muy afanada haciendo los quehaceres mientras María escuchaba las enseñanzas del Señor.
Tantas veces había leído esta porción, pero esta vez la última parte de la versión NTV llamó mucho mi atención:
"Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará"
Piensa por un momento conmigo.
Cuando Jesús usa las palabras "todo", "siempre", "nadie", "nunca", "solamente"; Él quiere decir exactamente eso.
Nosotras podemos decir "siempre me pasa lo mismo", cuando en realidad no es así. Puede tratarse de algo que nos ocurre frecuentemente, pero no "siempre".
Solemos usar esos términos absolutos sin pensar mucho en lo que estamos declarando, y por lo mismo, su verdadero significado se pierde un poco.
Pero cuando el Señor usa esas palabras Él está hablando en serio y realmente es así.
Con esto en mente volvamos a leer el versículo 42:
"Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará"
"Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse"
Leí esto y pensé en las incontables cosas por las cuales me preocupo durante el día y que a veces bombardean mi mente justo antes de dormir. Y aquí, sin embargo, Jesús simplifica todo diciendo que solamente existe una cosa que debería preocuparme.
Volví a leer la historia buscando qué fue lo "María había descubierto". Lo encontré en el verso 39:
"Su hermana María se sentó a los pies del Señor a escuchar sus enseñanzas"
Amigas y hermanas, esa es la única cosa por la que vale la pena preocuparse: estar a los pies del Señor y escuchar sus enseñanzas.
Y tiene tanto sentido.
Si nos preocupáramos más en permanecer en Su presencia y con Sus enseñanzas en nuestros corazones y mentes de manera más constante e ininterrumpida, dejaríamos de estar tan inquietas con otras cosas (v.41).
Por lo tanto, cuando empiecen a sofocarte los afanes de esta vida, cuanto comiences a perder la paz analizando tus circunstancias, sólo recuerda las palabras del Señor:
"Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse"
La respuesta es: Jesús
¡Dios te bendiga!
Tantas veces había leído esta porción, pero esta vez la última parte de la versión NTV llamó mucho mi atención:
"Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará"
Piensa por un momento conmigo.
Cuando Jesús usa las palabras "todo", "siempre", "nadie", "nunca", "solamente"; Él quiere decir exactamente eso.
Nosotras podemos decir "siempre me pasa lo mismo", cuando en realidad no es así. Puede tratarse de algo que nos ocurre frecuentemente, pero no "siempre".
Solemos usar esos términos absolutos sin pensar mucho en lo que estamos declarando, y por lo mismo, su verdadero significado se pierde un poco.
Pero cuando el Señor usa esas palabras Él está hablando en serio y realmente es así.
Con esto en mente volvamos a leer el versículo 42:
"Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará"
"Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse"
Leí esto y pensé en las incontables cosas por las cuales me preocupo durante el día y que a veces bombardean mi mente justo antes de dormir. Y aquí, sin embargo, Jesús simplifica todo diciendo que solamente existe una cosa que debería preocuparme.
Volví a leer la historia buscando qué fue lo "María había descubierto". Lo encontré en el verso 39:
"Su hermana María se sentó a los pies del Señor a escuchar sus enseñanzas"
Amigas y hermanas, esa es la única cosa por la que vale la pena preocuparse: estar a los pies del Señor y escuchar sus enseñanzas.
Y tiene tanto sentido.
Si nos preocupáramos más en permanecer en Su presencia y con Sus enseñanzas en nuestros corazones y mentes de manera más constante e ininterrumpida, dejaríamos de estar tan inquietas con otras cosas (v.41).
Por lo tanto, cuando empiecen a sofocarte los afanes de esta vida, cuanto comiences a perder la paz analizando tus circunstancias, sólo recuerda las palabras del Señor:
"Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse"
La respuesta es: Jesús
¡Dios te bendiga!
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